📌 Cultura organizacional: el pilar del éxito empresarial en el siglo XXI

La cultura organizacional es el conjunto de valores, creencias y comportamientos que comparten los miembros de una empresa. Este factor es determinante en la forma en que los empleados se relacionan entre sí, toman decisiones y proyectan la identidad de la organización al mundo exterior.

Comprender y fortalecer la cultura organizacional es clave para mejorar el clima laboral, aumentar la satisfacción y retención del talento, y potenciar la productividad y eficiencia de los equipos. Una cultura bien definida impacta directamente en la innovación, la competitividad y la capacidad de adaptación a los constantes cambios del mercado.

En este artículo, exploraremos la importancia de la cultura organizacional, cómo influye en el desempeño empresarial y qué estrategias pueden implementar las empresas para fortalecer su identidad y garantizar su éxito a largo plazo.

Definición de la cultura organizacional

La cultura organizacional se manifiesta a través del conjunto de valores, creencias y comportamientos compartidos en una empresa. Esta sección explora diversos aspectos que ayudan a entender este concepto fundamental en el contexto laboral.

Significado del término

El término «cultura organizacional» hace referencia a la manera en que una empresa percibe su entorno interno y externo. Los elementos que componen esta cultura definen cómo se toman decisiones, se comunican los empleados y se establecen las relaciones interpersonales dentro del entorno laboral. Cada organización desarrolla su propia cultura, influenciada por su historia, misión y visión, y por las características de su equipo humano.

Evolución histórica y contexto actual

Con el paso del tiempo, la cultura organizacional ha experimentado diversas transformaciones. En las décadas pasadas, el enfoque en la cultura organizacional era limitado y a menudo se consideraba un aspecto secundario dentro de la gestión empresarial. Sin embargo, a medida que las empresas comenzaron a reconocer la importancia de los recursos humanos, la cultura laboral pasó a convertirse en un elemento estratégico crucial.

En el contexto actual, la cultura organizacional se ha vuelto más relevante que nunca. Las organizaciones enfrentan un entorno empresarial competitivo y en constante cambio que exige adaptabilidad y una alineación clara entre los objetivos de los empleados y los de la empresa. Las empresas que logran crear una cultura sólida y positiva no solo son más eficientes, sino que también atraen y retienen mejor el talento.

Elementos clave de la cultura organizacional

Existen diversos componentes que constituyen la cultura organizacional, y comprender estos elementos es esencial para su gestión efectiva. Algunos de ellos incluyen:

  • Valores compartidos: Son los principios fundamentales que guían el comportamiento de los empleados y las decisiones de la empresa. Los valores pueden abarcar aspectos como la integridad, la innovación y el respeto por los demás.
  • Normas y reglas internas: Estas pautas establecen las expectativas de comportamiento dentro de la organización. Las normas pueden incluir políticas de trabajo, códigos de conducta y prácticas aceptadas en la comunicación.
  • Estructura de poder: La manera en la que se distribuye el poder en la organización influye en su cultura. Una estructura jerárquica clara puede impactar cómo se gestionan las relaciones entre empleados y líderes.
  • Relaciones interpersonales: La calidad de las relaciones entre los empleados y los equipos contribuye significativamente al clima de trabajo. Un ambiente colaborativo y comunicativo propicia el desarrollo de una cultura organizacional saludable.
  • Misión y visión: La misión define la razón de ser de la organización, mientras que la visión establece sus aspiraciones a futuro. Ambos elementos son vitales para alinear a los empleados con los objetivos generales de la empresa.

Importancia de la cultura organizacional

La cultura organizacional tiene un papel crucial en el funcionamiento y éxito de las empresas. Se manifiesta en múltiples dimensiones que afectan tanto a la estructura interna como a la percepción externa de la organización.

Beneficios para las empresas

Una cultura sólida aporta numerosos beneficios que contribuyen al desarrollo y la sostenibilidad de la empresa. Algunos de estos beneficios son:

  • Mejora del rendimiento: Las empresas que fomentan una cultura positiva suelen experimentar un aumento en la productividad de sus empleados. Un ambiente laboral estimulante propicia que los trabajadores se sientan más comprometidos con su trabajo.
  • Atracción de talento: La reputación de una buena cultura organizacional permite atraer a los mejores profesionales del mercado. Los candidatos suelen valorar el entorno laboral antes de tomar decisiones sobre las ofertas de empleo.
  • Retención de empleados: Una cultura organizacional bien definida y apreciada ayuda a mantener a los empleados a largo plazo. La satisfacción en el trabajo es un factor clave para reducir la rotación de personal.
  • Fortalecimiento del equipo: Promueve la cohesión entre los miembros del grupo. Esto se traduce en un aumento de la colaboración y el trabajo en equipo, lo que a su vez mejora los resultados generales de la empresa.

Impacto en empleados y colaboradores

La cultura organizacional influye directamente en la experiencia de los empleados y su relación con la empresa. Esta influencia se manifiesta en varios aspectos:

  • Satisfacción laboral: Un entorno donde se valoran los principios y valores compartidos tiende a aumentar la satisfacción de los empleados. Esto genera un mayor nivel de compromiso y lealtad hacia la organización.
  • Desarrollo personal y profesional: Las organizaciones que cultivan una cultura centrada en el crecimiento profesional favorecen la capacitación y el desarrollo de sus empleados, contribuyendo a su progreso dentro de la empresa.
  • Bienestar psicológico: La comunicación abierta y el reconocimiento de los logros individuales fortalecen la autoestima y el bienestar general de los colaboradores, creando un entorno positivo que beneficia a todos.

Relación con el clima laboral

El clima laboral se ve influenciado en gran medida por la cultura organizacional. Esta relación es fundamental para entender cómo se desarrollan las dinámicas internas. Algunos de los puntos clave son:

  • Comunicación efectiva: Un clima laboral sano se basa en la eficacia de la comunicación interna. Una cultura que fomenta la transparencia y el feedback permite que los empleados compartan sus inquietudes y opiniones sin miedo a represalias.
  • Motivación y compromiso: La cultura organizacional impulsa la motivación de los empleados a través de un sentido compartido de propósito. Un entorno motivador se traduce en mayor implicación y menor absentismo.
  • Adaptación al cambio: Las empresas que promueven una cultura positiva son más flexibles ante el cambio. Esto no solo mejora el clima laboral, sino que también prepara a los empleados para enfrentar nuevos desafíos con mayor confianza.

Componentes de la cultura organizacional

Los componentes de la cultura organizacional son elementos fundamentales que influyen en el comportamiento de los empleados y en la atmósfera de trabajo. Estos componentes se interrelacionan y contribuyen a definir la identidad de la organización.

Valores compartidos y creencias

Los valores compartidos son los principios que guían el comportamiento y las decisiones de los miembros de una organización. Estos valores son fundamentales, ya que crean un marco de referencia que orienta las acciones cotidianas. Ejemplos de valores comunes incluyen la integridad, la innovación y la responsabilidad social.

Las creencias, por su parte, son aquellas convicciones que los empleados tienen sobre la forma en que la organización opera, así como sobre su misión y objetivos. Estas creencias influyen en el compromiso y la lealtad de los empleados. Cuando los valores y creencias son compartidos, se genera un sentido de pertenencia y cohesión entre los miembros de la organización.

Normas y reglas internas

Las normas y reglas internas establecen las expectativas sobre el comportamiento de los empleados dentro de la organización. Estas normas pueden ser formales, como un código de conducta, o informales, basadas en la cultura social de la empresa. A través de estas pautas, se definen las conductas aceptables y se promueve un ambiente de trabajo saludable.

  • Códigos de conducta: Documentos formales que delinean las expectativas de comportamiento y las consecuencias de su incumplimiento.
  • Políticas internas: Normativas que regulan procedimientos específicos, como horarios de trabajo, vestimenta y comunicación.
  • Cultura de feedback: Normativa implícita que promueve la retroalimentación continua entre empleados y supervisores.

Estructura de poder y relaciones verticales

La estructura de poder en una organización determina cómo se distribuye la autoridad y la toma de decisiones. Esta estructura puede ser jerárquica, donde las decisiones se toman en niveles superiores, o más plana, donde la autoridad se distribuye entre más niveles. La forma en que se define esta estructura tiene un impacto directo en la cultura y en la manera en que los empleados interactúan.

Redes de comunicación interna

Las redes de comunicación interna son cruciales para fomentar el flujo de información entre diferentes niveles y departamentos de la organización. Una comunicación efectiva promueve un clima de confianza y colaboración. Las herramientas utilizadas, como reuniones, correos electrónicos y plataformas digitales, son determinantes en cómo se comparte la información.

Relaciones horizontales

Las relaciones horizontales se refieren a las interacciones entre empleados que tienen el mismo nivel jerárquico. Estas relaciones son fundamentales para promover la cooperación y el trabajo en equipo. Un ambiente colaborativo donde se valora la opinión de todos los empleados estimula la creatividad y la resolución de problemas de forma colectiva.

Fomentar un ambiente de trabajo donde se impulse el intercambio de ideas y la colaboración horizontal puede llevar a resultados más innovadores y eficientes dentro de la organización. La creación de equipos multifuncionales es una estrategia que muchas empresas adoptan para fortalecer estas relaciones y mejorar la cultura organizacional.

Tipos de cultura organizacional

La cultura organizacional se manifiesta de diversas formas en las empresas, teniendo un impacto directo en su funcionamiento y en la satisfacción de los empleados. Existen varios tipos que pueden definirse según sus características y enfoques.

Cultura orientada al poder

En este tipo de cultura, las decisiones se toman en niveles jerárquicos altos, donde la autoridad es centralizada. La comunicación se produce mayoritariamente de arriba hacia abajo, lo que puede generar un entorno competitivo. Este modelo puede ser útil en situaciones de crisis que requieren decisiones rápidas, pero también puede limitar la participación de los empleados en el proceso de toma de decisiones.

Cultura orientada a la persona

La cultura orientada a la persona se centra en el bienestar y desarrollo de los empleados. En este marco, se valoran las relaciones interpersonales, fomentándose un ambiente de apoyo y comprensión. Las empresas que presentan este tipo de cultura suelen implementar prácticas que promueven el equilibrio entre la vida laboral y personal, lo que contribuye a la retención del talento y a una mayor satisfacción laboral.

Cultura orientada a las normas

Las organizaciones con una cultura orientada a las normas establecen reglas y procedimientos claros que deben seguirse. Este estilo puede favorecer la eficiencia operativa, ya que la estructura y el control son primordiales. Sin embargo, una excesiva rigidez puede limitar la creatividad y la innovación dentro de la organización.

Cultura de resolución de problemas

Este tipo de cultura valora la innovación y la creatividad, permitiendo a los empleados experimentar y buscar soluciones nuevas a los desafíos. Es común en industrias donde la adaptabilidad es crucial. Una cultura de resolución de problemas fomenta la colaboración y el pensamiento crítico, creando un entorno en el que se incentiva a los empleados a aportar ideas innovadoras.

Cultura apática

La cultura apática se caracteriza por la falta de interés y compromiso de los empleados hacia su trabajo y la organización. Este tipo de cultura suele reflejarse en un bajo rendimiento y alta rotación de personal. Las empresas con una cultura apática enfrentan retos significativos, dado que una desmotivación generalizada puede obstaculizar el crecimiento y desarrollo organizacional.

Cultura cuidadosa

Este tipo de cultura pone un fuerte énfasis en la minimización de riesgos y la seguridad. Es común en sectores donde la protección y el cumplimiento de normativas son esenciales, como en la sanidad y la aviación. La cultura cuidadosa promueve protocolos estrictos y formación continua para garantizar que todos los miembros de la organización estén alineados con las políticas de seguridad.

Cultura exigente

Las organizaciones con una cultura exigente buscan altos niveles de rendimiento y resultados de sus empleados. La competencia es habitual en este tipo de ambiente, lo que puede impulsar a los empleados a superar sus límites. Sin embargo, es esencial que la presión se gestione adecuadamente para evitar el agotamiento y el desánimo entre los equipos.

Cultura integrativa

La cultura integrativa se centra en la colaboración y la inclusión en el proceso de toma de decisiones. Se busca activar el potencial colectivo para alcanzar objetivos comunes. Este tipo de cultura fomenta la diversidad de pensamiento y promueve un ambiente donde se valoran las contribuciones de todos los empleados, creando un sentido de pertenencia y unidad.

Desarrollo de una cultura organizacional positiva

Crear y mantener una cultura organizacional positiva es fundamental para el éxito y la cohesión de una empresa. Esto implica establecer valores claros y promover un entorno donde los empleados se sientan valorados y motivados.

Definir la cultura organizacional deseada

Definir la cultura deseada es el primer paso para su desarrollo. Este proceso requiere una reflexión profunda sobre los valores y principios que se quieren promover en la organización. La alta dirección debe involucrarse activamente, comunicando una visión clara que alinee a todos los miembros de la empresa.

Es esencial que esta definición sea un esfuerzo colectivo. Involucrar a los empleados en este proceso no solo genera un sentido de pertenencia, sino que proporciona diversas perspectivas y contribuciones que pueden enriquecer la cultura organizacional. Las sesiones de grupo y talleres pueden ser útiles para recoger ideas y fomentar un diálogo abierto.

Fomentar la comunicación abierta

La comunicación abierta es un pilar de cualquier cultura organizacional saludable. Facilita la transparencia y permite que los empleados se sientan seguros al expresar sus ideas y preocupaciones. Para llevar a cabo una comunicación efectiva, se deben establecer canales formales e informales que alentaran la interacción y el intercambio de información.

  • Reuniones periódicas donde se compartan actualizaciones corporativas.
  • Canales digitales que faciliten el feedback y la participación.
  • Eventos informales que potencien las relaciones interpersonales entre los empleados.

Fomentar una cultura en la que se valore la retroalimentación contribuye a un entorno laboral dinámico e inclusivo. Facilitar espacios donde los empleados puedan compartir sus opiniones y sugerencias fortalece la cohesión del equipo y mejora el rendimiento general de la organización.

El papel del liderazgo como ejemplo

Los líderes desempeñan un papel crucial en el desarrollo de una cultura organizacional positiva. Su comportamiento, decisiones y acciones establecen un modelo a seguir para el resto de la organización. Para que una cultura se implemente de manera efectiva, el liderazgo debe ser coherente y alineado con los valores definidos.

Modelado de conductas adecuadas

Los líderes deben ser ejemplares en la adopción de comportamientos que se espera ver en el resto de los empleados. Esto incluye la forma de comunicarse, tomar decisiones y resolver conflictos. Un liderazgo que actúa con integridad y respeto motivará a los empleados a replicar esos comportamientos en su interacción diaria.

Formación en liderazgo

La formación continua en liderazgo es fundamental para apoyar y fortalecer la cultura organizacional. Los programas de capacitación deben centrarse no solo en el desarrollo de habilidades técnicas, sino también en la promoción de competencias emocionales y sociales. Esto ayudará a los líderes a gestionar equipos diversos y a fomentar un clima de confianza y seguridad.

Invertir en formación de liderazgo beneficia a la organización a largo plazo, ya que crea un grupo de líderes capaces de guiar y mantener la cultura positiva a medida que la empresa evoluciona. La formación debe adaptarse a las necesidades específicas de la organización y estar alineada con sus objetivos estratégicos.

Ejemplos de cultura organizacional en grandes empresas

Las empresas más exitosas del mundo destacan no solo por sus productos o servicios, sino también por la cultura organizacional que fomentan. A continuación, se exponen algunos ejemplos significativos de cómo diferentes organizaciones han construido y mantenido su propia cultura.

Cultura organizacional de Google

Google es conocido por su ambiente de trabajo innovador y flexible. Su cultura organizacional se centra en la creatividad, la libertad y la colaboración. Algunas características clave incluyen:

  • Espacios de trabajo abiertos y cómodos que fomentan la interacción.
  • Una estructura organizativa plana que promueve la toma de decisiones descentralizada.
  • Un enfoque fuerte en la innovación y la experimentación, animando a los empleados a dedicar tiempo a proyectos personales.
  • Beneficios únicos, como comidas gratuitas y gimnasios en las instalaciones.

Cultura organizacional de Coca-Cola

Coca-Cola ha construido una cultura centrada en la inclusión y la diversidad. La compañía promueve un entorno laboral donde se valora cada voz. Algunos elementos destacables son:

  • Programas de diversidad e inclusión que aseguran la representación de diferentes grupos en la empresa.
  • Iniciativas de responsabilidad social que conectan a los empleados con la comunidad.
  • Un fuerte sentido de historia y tradición que une a los empleados con la marca y su misión.

Cultura organizacional de Starbucks

Starbucks incorpora en su cultura un enfoque en el bienestar de sus empleados, a quienes denomina “socios”. Esto se traduce en:

  • Beneficios de salud accesibles y oportunidades de formación continua.
  • Un ambiente de trabajo inclusivo donde se celebran las diferencias individuales.
  • Un enfoque en la responsabilidad ambiental y la sostenibilidad, lo que crea una conexión con los valores de sus empleados.

Cultura organizacional de Netflix

Netflix ha implementado una cultura organizacional que enfatiza la libertad y la responsabilidad. Entre sus características se encuentran:

  • Una política de vacaciones ilimitadas que fomenta un equilibrio entre la vida laboral y personal.
  • Transparencia en la comunicación; los empleados están informados sobre decisiones estratégicas y resultados.
  • Una alta expectativa en el desempeño, donde se valora la innovación y la proactividad.

Cultura organizacional de Microsoft

Microsoft ha evolucionado su cultura en los últimos años, enfocándose en la colaboración y el crecimiento personal. Algunos aspectos clave de su cultura son:

  • Un fuerte enfoque en el aprendizaje continuo, ofreciendo recursos y capacitación a sus empleados.
  • Valores de diversidad y equidad que buscan crear un entorno de trabajo respetuoso y colaborativo.
  • Fomento de la innovación y la creatividad, alentando a los equipos a experimentar y proponer nuevas ideas.

Estrategias para implementar y adaptar la cultura organizacional

La implementación y adaptación de la cultura organizacional requiere de un enfoque estratégico que contemple distintas áreas de la empresa. Es fundamental alinear los objetivos empresariales con la cultura deseada para asegurar un entorno laboral positivo y productivo.

Atracción y retención de talento

Una de las principales estrategias para cultivar una cultura organizacional sólida es atraer y retener a aquellos empleados que se alineen con los valores de la empresa. La selección de personal debe ir más allá de las habilidades técnicas, considerando aspectos como la compatibilidad cultural. Esto se puede lograr mediante:

  • Definición clara de la propuesta de valor del empleado, destacando la cultura y los beneficios que ofrece la organización.
  • Entrevistas que evalúen no solo las competencias laborales, sino también las actitudes y valores de los candidatos.
  • Programas de onboarding que integren a los nuevos empleados en la cultura desde el primer día.

La retención se puede mejorar fomentando el desarrollo profesional y personal, así como el reconocimiento del trabajo bien hecho, reforzando así el compromiso de los empleados con la organización.

Alianzas y colaboración externa

Formar alianzas estratégicas con otras organizaciones puede ser una forma efectiva de enriquecer la cultura organizacional. Estas colaboraciones permiten el intercambio de ideas y prácticas, lo que puede resultar en mejoras significativas en la forma de trabajar. Se debe:

  • Crear redes de colaboración con otras empresas del sector para compartir experiencias y aprendizajes.
  • Asistir a conferencias y seminarios donde se discutan temas relacionados con la cultura empresarial.
  • Establecer relaciones con universidades o instituciones que ofrezcan estudios en gestión cultural y liderazgo organizacional.

Esto no solo enriquece la cultura propia, sino que también puede resultar en innovaciones y mejoras prácticas que beneficien a la organización en su conjunto.

Uso de tecnología y software de apoyo

La tecnología juega un papel fundamental en la implementación de estrategias que faciliten la adaptación de la cultura organizacional. Herramientas digitales pueden ayudar a mantener a todos los miembros de la empresa alineados con los valores y objetivos culturales. Se incluyen:

Plataformas de comunicación

El uso de plataformas de comunicación interna es esencial para promover la colaboración y el intercambio de información. Estas plataformas pueden facilitar la comunicación horizontal y eliminar barreras jerárquicas. Las características de estas herramientas son:

  • Canales específicos para discusiones sobre valores y cultura.
  • Foros donde los empleados puedan compartir ideas y sugerencias.
  • Herramientas que permitan la retroalimentación continua entre miembros del equipo y líderes.

Herramientas de medición de clima laboral

Las herramientas de medición permiten evaluar el clima laboral y comprender cómo se percibe la cultura actual por los empleados. Estas herramientas ayudan a identificar áreas de mejora y son fundamentales para el proceso de adaptación. Algunos puntos clave incluyen:

  • Encuestas periódicas para obtener retroalimentación de los empleados sobre sus percepciones culturales.
  • Análisis de datos para identificar tendencias y patrones relacionados con el compromiso y la satisfacción laboral.
  • Acciones correctivas basadas en los resultados obtenidos para alinear la cultura organizacional con las expectativas de los empleados.

Retos y desafíos en la gestión de la cultura organizacional

La gestión de la cultura organizacional enfrenta diversos desafíos que pueden dificultar su desarrollo y mantenimiento. Estos retos deben ser abordados adecuadamente para garantizar que la cultura se alinee con los objetivos de la organización y fomente un ambiente de trabajo positivo.

Resistencia al cambio y adaptación

Una de las barreras más comunes en la gestión de la cultura organizacional es la resistencia al cambio. Los empleados suelen sentirse incómodos ante nuevas políticas, prácticas o enfoques que alteran su rutina habitual. Esto puede generar desequilibrio y malestar, lo que a su vez obstaculiza la adaptación a la nueva cultura deseada.

El proceso de cambio puede verse dificultado si los empleados perciben que sus valores o creencias fundamentales están siendo desafiados. La falta de comunicación clara sobre los beneficios del cambio también contribuye a esta resistencia. Por lo tanto, es esencial involucrar a los empleados en el proceso de cambio, permitirles expresar sus inquietudes y brindarles la formación necesaria para facilitar su adaptación.

Costos y recursos necesarios

Implementar y mantener una cultura organizacional sólida puede requerir una inversión significativa en recursos monetarios y humanos. Los gastos asociados a la formación de los empleados, la creación de programas de desarrollo cultural y la evaluación del clima organizacional pueden ser elevados, lo cual plantea un desafío para muchas empresas, especialmente las de menor tamaño.

Las organizaciones deben evaluar si están dispuestas a asumir estos costos en función de los beneficios esperados. Establecer un presupuesto adecuado para la gestión de la cultura es fundamental y puede implicar la necesidad de redefinir prioridades dentro de la compañía. La correcta asignación de recursos no solo asegura el éxito de la cultura deseada, sino que también contribuye a la sostenibilidad a largo plazo de la organización.

Diversidad y cohesión en el equipo

La diversidad en el lugar de trabajo se ha convertido en una prioridad para muchas empresas. Sin embargo, gestionar esta diversidad puede presentar desafíos significativos para la cohesión del equipo. Las diferencias en experiencias, perspectivas y estilos de comunicación pueden generar malentendidos o tensiones entre los empleados.

Por lo tanto, es vital que las organizaciones desarrollen estrategias para integrar la diversidad en su cultura. Promover un ambiente de respeto es fundamental para mitigar conflictos y fomentar una cultura de inclusión donde todos se sientan valorados. La colaboración entre perfiles diversos puede enriquecer la cultura organizacional, pero requiere un esfuerzo consciente por parte de todos los niveles de la organización.

Gestión de la diversidad cultural

La gestión efectiva de la diversidad cultural implica reconocer y valorar las distintas tradiciones, costumbres y creencias que los empleados traen a la organización. Una cultura organizacional que celebra la diversidad puede fomentar la creatividad y la innovación, permitiendo a la empresa adaptarse mejor a un entorno cambiante. Sin embargo, esta tarea requiere capacitación continua y la creación de espacios de diálogo donde todos puedan sentirse escuchados.

Promoción de un entorno inclusivo

Fomentar un entorno inclusivo significa que todos los empleados deben tener la oportunidad de contribuir y participar activamente en la toma de decisiones. Esto no solo fortalece la cohesión del equipo, sino que también impulsa la moral y la satisfacción laboral. La inclusión no debe verse como una simple estrategia, sino como un valor esencial de la cultura organizacional que favorece el crecimiento personal y profesional de los empleados, creando un sentido de comunidad dentro de la empresa.

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